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Cundo Bermúdez - Sesenta y Cinco Años Después
Cundo Bermúdez - Homenaje Cernuda Arte 04/21/2004
Ramón Cernuda
Hace sesenta y cinco años Cundo Bermúdez, en aquella época un joven de veintitrés, presentó por primera vez al público sus creaciones pictóricas. Vivía su momento estudiantil y formativo. La gran amistad de José Gómez Sicre y el roce estimulante con el maestro Fidelio Ponce pudieron más que el diploma de Derecho Diplomático que le extendiera la Universidad de La Habana. La vocación artística había prevalecido. Ganaban los pinceles.
Comienza Cundo su larga y fructífera carrera ante el público habanero en febrero de mil novecientos treinta y siete colgando de troncos de árboles sus telas en el Parque de Albear. Con otros cuatro jóvenes creadores montaba este "happening" con el que los cinco artistas rompían los estrechos moldes de las restrictivas oportunidades expositivas para los "nuevos".
Desde 1937 hasta hoy, el maestro Cundo Bermúdez ha venido realizando una obra sólida que recoge el lado alegre de la vida, que dice su mensaje con la exquisitez y cortesía que el artista vuelca en su creación. Su constante curiosidad por la condición humana no ha excluido la indagación de lo placentero aun en las zonas vedadas por las rígidas costumbres de otra época. Los personajes de Cundo incluyen a cortesanas, amantes y proxenetas tratados con igual dignidad que la que el artista le depara a las figuras encumbradas de la sociedad. El fino erotismo entrelazado a una sutil crítica a la moralidad de salón se expresa con el mayor tacto, y lleva al pintor a recurrir con frecuencia y desenfado al desnudo de ambos sexos.
Se trata de un arte humanocéntrico en donde las figuras a menudo se resuelven a partir de formas geométricas de color cuales piezas de un rompecabezas. Sus personajes se nos presentan estáticos, en apariencia inmóviles, observando a la vez que se saben observados. La dinámica de las piezas en la composición, a menudo está dada a partir de la selección y ubicación de los planos de colores que el artista aplica con la soltura y el talento de un gran colorista.
Para Cundo Bermúdez la música ha sido una constante inspiración y fuente temática, un ritornelo que viene, vuelve y regresa a sus telas. El nos regala estampas musicales del pasado cubano, vistas con ojos de recuerdo y de nostalgia. Bailadores, músicos y conjuntos, en ambiente rítmico y cadencioso, que no sólo gozan - de nuevo lo sensual - sino que reverencian la actividad que los ocupa. Hay clase y buenos modales en las contorsiones placenteras que plasma en sus pinturas.
Este homenaje se le brinda a Cundo Bermúdez a los sesenta y cinco años de haber iniciado su viaje artístico de gran fecundidad. El siglo veinte cubano ha tenido entre sus figuras destacadas a este maestro de nuestra pintura que nos deja una obra plena, realizada y feliz. Una obra que hoy Cundo continúa enriqueciendo en su magistral creación.
Al maestro, gracias.
Ramón Cernuda
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